martes, 24 de agosto de 2010

Historia del ramal


El Ramal Ferroviario que une las localidades de Villa Elisa con Caseros, fue inaugurado el 21 de julio de 1907, con una extensión de 36 Km., con dos poblaciones intermedias Pronunciamiento y 1º Mayo. Esta línea Férrea se comenzó a construir a fines de diciembre de 1905, el contratista de la misma fue el Sr. Benito Gustavino, los galpones y los tanques de agua fueron realizados bajo la dirección del Sr. Alejandro Passina quién dio por concluidas las obras en mayo de 1907. La línea fue inaugurada con un importante acto que congregó unas 300 personas del pueblo que asistieron a un gran almuerzo en el mismo predio y hasta pasearon en el novedoso transporte.


Este ramal fue desafectado y abandonado de todo servicio y mantenimiento a partir del mes de julio de 1980, por lo que su grado de operatividad se encontró totalmente condicionado a su limpieza y arreglos generales.


La Estación mostraba su armazón de chapas, su cartel de letras grandes, su tanque de agua a lo lejos, sus señales en la vía, su sala de espera provista de un reloj grande y unos bancos de madera.


Eran tiempos de andenes trajinados y vagones completos, mientras la Villa crecía despacio, sin saber que algún día esas imágenes se volverían recuerdo; “ELISA” la vieja estación del pueblo aquella que como tantas otras se quedó sumida en el silencio.


Por iniciativa del Ferrocarril Central Entrerriano, la estación fue habilitada al tráfico en 1907 cuando solo se extendía de Villa Elisa a Caseros. El primer jefe de estación fue Aldao quién debió darle marcha a la actividad ferroviaria en la Villa. Para el año 1910, en medio de decenas de proyectos que hablaban de tender vías por todos lados, se empezó a plantear la extensión del ramal desde Villa Elisa a la Fabrica Colón ( actual Pueblo Liebig), a Jubileo o San Salvador, según las 3 iniciativas que se contemplaban posibles. Finalmente se decidió por la opción Villa Elisa- San Salvador y en 1912 quedo habilitada esta prolongación hasta la actual capital del arroz. Tres años más tarde fueron fundadas las estaciones de La Clarita y Arroyo Barú.

La mayor actividad en la estación “ELISA” se registró desde fines de la década del 20 hasta fines de los 60. Durante muchos años el tren fue el único medio para transportar la hacienda, las aves o la cosecha que se vendía a compradores de afuera a la vez que se usaba para traer alimentos, ropa, muebles y herramientas que surtían a los almacenes de la Villa.

En la primera década era común ver a los troperos que llegaban arreando cientos de animales desde la Suiza, Santa Rosa o La Matilde para embarcarlos en algún expreso de 20 o 30 vagones que salía al día siguiente. Las tropas se amontonaban en los caminos y campos cercanos, mientras los troperos hacían guardias de a caballo, sin importarles las inclemencias del tiempo. También solían llegar los colonos con sus carros repletos de bolsas de trigo o lino, de cajones de huevos o de jaulas con aves. Además todos los días pasaba un coche motor que le permitía a la gente del pueblo viajar de un lado a otro.

LA estación tenía una sala de espera, una boletería, una sala de encomiendas, la oficina de telégrafo y un galpón para almacenar cargas. Incluso en los años de mayor actividad, la firma Goldaracena, había construido dos galpones grandes que se usaban para deposito de cereales (después fueron desarmados).

En el lugar trabajaban un jefe, dos o tres empleados de sala, un cambista que hacia las maniobras con el tren, un capataz y su cuadrilla volante, encargados de limpiar y arreglar las vías. El Ferrocarril alargó su auge hasta fines de la década del 60, y en la década siguiente empezó a decaer debido a los buenos caminos a la difusión de los colectivos y camiones y porque el servicio no supo adaptarse a las nuevas demandas (los trenes no mejoraron, los horarios eran inadecuados y el medio se fue abandonando cada vez más.

Después de una larga agonía, el 31 de julio de 1980 fue levantado el ramal y la estación "ELISA”, como las otras, se quedo sin trenes.

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